Muchas veces se olvida la funcionalidad en los perros de caza. Se debe a que se tiende a precipitar, en el proceso de aprendizaje del perro, el tiempo que se necesita para que pueda mostrar esa funcionalidad.
Cuando me llaman para consultarme sobre si es normal o no algún tipo de comportamiento en el perro de caza (durante la acción de caza) se tiende a pensar en el objetivo, piensan en que por qué este perro no hace la muestra o no cobra, o muestra inseguridad al alza del vuelo de la perdiz o el faisán de turno.
No pensamos en que en el proceso de capacitación muchas veces, la mayoría de ellas, nos comemos partes del proceso y, por lo tanto, dejamos al perro con partes del aprendizaje por poder vivir y retener.
Hablamos de ejemplares en la etapa infantil y adolescente, donde el cazador sabe lo que quiere obtener de su perro (la funcionalidad) y (la eficacia) pero se olvida de que para que eso ocurra primero deben aprender, desarrollar esas funciones para las que han sido seleccionados y criados (además de darnos compañía).
Ser funcional no es más que mostrar el potencial genético de manera práctica, sencilla y eficaz. Para que eso ocurra lo primero es tener muy claro en qué etapa del aprendizaje se encuentra el alumno y no quemar etapas de forma precipitada.
Cuando el proceso de aprendizaje es realizado y establecido de forma eficaz por el alumno, entonces es cuando su funcionalidad nos aportará la respuesta eficaz tan valorada en ejemplares bien trabajados, con experiencia y cualidades óptimas en sus funciones.
Las características, el conjunto de ellas, y los instintos junto con sus potencias genéticas lo hacen posible (además de un medio y manejo adecuados).
La muestra, el olfato, la búsqueda, el cobro etc.
De ahí que, para tener un perro bien capacitado, funcional y eficaz, nos obligue sí o sí a tomar conciencia de nuestra responsabilidad en procurarles esa formación, de manera correcta y respetuosa con su estado emocional y físico.
No olvidar nunca que se merecen todo el respeto y que nadie nace enseñado. Para sacar mayor partido a sus potencias genéticas para el trabajo y, disfrutar él y nosotros de la caza y la convivencia en casa es imprescindible invertir tiempo en la formación. Si no se está seguro o se necesita ayuda, solicitarla a un profesional del tema.
Esperamos que os resulte interesante útil y práctica esta pequeña lectura.
José Antonio Pineda Martinez.
Cazador, socio del SCI Iberian Chapter.
Máster en Psicodiagnostico e Intervención Clínica y Educativa Canina.
Especialista en comportamiento canino.
Adiestrador Canino.
Avalado por el Instituto Maslow Cattell para la formación de Postgraduados.
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